Habitamos una casa inmensa y laberíntica,
de hecho no hemos llegado siquiera a encontrarnos todos.
Pero sabemos que estamos ahí, porque, como las abuelas dicen,
nos he sentido acudir.
Hay quienes poblamos cuartos donde el sol entra por las ventanas
y el suelo está barrido.
Otros cruzan umbrales. Otros suben al ático. Salimos a las terrazas.
Y los menos descienden al sótano.
Pero sabemos que están, porque sentimos como abren la puerta
para que la luz rompa las tinieblas.
Borges encontró en un sótano de Buenos Aires el compendio de todos los lugares del mundo, llamdo "Aleph"
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